Audacia Comercial: estrategia, valentía y resultados

 “No es el momento, la pandemia nos afectó a todos, los clientes no quieren gastar»

 ¿Son estos argumentos frecuentes?

El rol del “vendedor” anunciaba cambios y hoy no tienen revés; su transformación ha sido inminente, y con ello la necesidad del desarrollo de nuevas destrezas.

Hablemos entonces del asesor audaz y sus competencias esenciales:

Valentía: Aborda la situación actual desde una mirada de éxito gestionando un estado de ánimo propicio para identificar nuevos mercados.

Comunicación: Integra historias que conectan emotivamente al cliente con su producto, agudiza la escucha y reconoce los movilizadores o limitantes de su comprador.

Empatía: Entiende la situación del cliente, por ende, trasciende los atributos del producto transmitiéndolos como beneficios que responden a las preocupaciones y deseos intrínsecos del comprador.

Estrategia: Tiene un plan para llegar a su meta y se compromete con una ejecución metódica y disciplinada, con visión para prever posibles retos consciente de sus propias capacidades para desafiar la adversidad.

Adaptabilidad: No conoce todas las respuestas, sin embargo, genuinamente busca alternativas creativas, rápidas y eficientes para descubrir nuevos caminos.

Por último y no menos importante; el asesor no debe asumir la situación económica del cliente; es decir, es un error generalizar la capacidad adquisitiva del mercado; por el contrario tiene que identificar nuevos mercados a los cuales les puede hacer ofertas irresistibles.

La audacia comercial se adquiere, se desarrolla y es una elección valiente de los líderes empresariales que siempre buscan atreverse y desafiar los patrones estadísticos.

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